Una Multitud en el Cierre de los Carnavales de la Alegría en La Matanza En cada noche de festejo de carnaval fue creciendo la ola de público que se acercó al corsódromo, montado en la avenida Presidente Perón al 3600 de San Justo. El cual comenzó con 4 cuadras y culminó con casi el doble. Día a día el público matancero se fue volcando masivamente a los festejos y disfrutando cada noche del desfile de 40 murgas a saber: Centro murga “Los dragones de R. Castillo”, Los alocados del 31, Los pibes de Matanza, Centro murga “Los polichinelas de Dorrego”, Los elegantes de Villegas, Centro murga "Sin igual", Centro murga “Los deseados de San Alberto”, Los dueños del swing, Los revoltosos, Los alegres Aguapey, Comparsa Boliviana, Los peques del 22, Apasionados de las achiras, La carlangancinia, Cosa de lokos, Mamafrica, Los fantasmas, Centro murga “Los herederos la perla de La Matanza”, Los kamicases, Los auténticos de Buenos Aires, Los flamantes de Buenos Aires, BaBa Morilú (Candombe), Buscadores de sueños, Los valientes de Don Bosco, Centro murga “Los escandalosos de Tapiales”, La alegría de la noche, Arrebatados de locura, Centro murga “Los bohemios de Matanza”, Los soñadores del club social y deportivo “El tambo”, Los misteriosos, Centro murga “A todo ritmo”, Los creadores de fantasías, Escuela Nº 67 "Ritmo murguero", Centro murga “Los dueños de la alegría”, Ángeles coraje, Los inquietos, Biblioteca J. Hernández "Buscadores de sueños", Los amos de Almafuerte, Los elegantes del Virrey, Los brillosos de Buenos Aires, Marcando diferencia, Centro murga “Derrochando alegría”, Comparsa salteña. Que brindaron su colorido espectáculo, su vibrante comparsa y todo su arte popular Cada velada tuvo su vibrante final con los show musicales de Amar Azul el sábado, la Cumbia Papal el domingo, La Mosca que la rompió el lunes a pesar de la lluvia y el martes, la última noche de fiesta, explotó el corsódromo con un cierre espectacular de Kapanga y una multitud de jóvenes que coreó, bailó cada uno de sus temas. En la noche final de Carnaval, las grandes murgas participantes de la mega fiesta, desfilaron y bailaron a lo largo del imponente corsódromo. Había gradas para el público y pantallas gigantes para que nadie se perdiera ningún detalle del gran espectáculo, además de un imponente escenario montado con última tecnología para la presentación de las bandas. En el marco del cierre, Fernando Espinoza destacó que “hacía mucho tiempo que no se realizaban en La Matanza corsos en la calle, por eso decidimos armar este corsódromo para que toda las familias de La Matanza pudieran disfrutar de una verdadera fiesta, con alegría, en forma gratuita y muy cerca de su casa. Además, hemos visto desfilar a muchas comparsas que nacieron de las escuelas municipales de murgas del Distrito”. Además, Fernando Espinoza agradeció a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al secretario de Cultura y Educación de la Nación, Jorge Coscia por “el apoyo y la colaboración brindada para hacer posible esta fiesta de la cultura popular”. Al hacer referencia a las escuelas de murgas el Jefe Comunal explicó que “no son sólo un lugar para la diversión, los chicos y jóvenes que participan de ellas encuentran ahí un espacio de inclusión, donde son contenidos, aprenden a bailar y a tocar instrumentos musicales, alejándose así de los peligros que hay en la calle”. Al finalizar el show, Fernando Espinoza y la secretaria de Cultura y Educación de la Comuna, Silvia Francese, le entregaron al líder de la banda, distintos presentes entre los que se contaban una Bandera de La Matanza, y el Escudo local. Cabe destacar que estuvieron presentes cada noche, la diputada nacional, Verónica Magario, el senador provincial, Daniel Barrera e integrantes del Ejecutivo y Legislativo Comunal. La desconcentración fue ejemplar. El comportamiento del público que había estado saltando y bailando a todo ritmo y jugando con la tradicional espuma de carnaval cuando culminó la fiesta se transformó en grandes caravanas que pacíficamente marcharon a sus hogares. Fundamentalmente sobre la ruta tres se pudo ver a los jóvenes caminando en grandes grupos volviendo tranquilamente a sus barrios.
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