La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se despidió de la ciudadanía con un discurso ante una multitud que se congregó en la Plaza de Mayo, y pidió “a Dios que quienes nos sucedan por imperio de la voluntad popular” puedan “dentro de cuatro años, ante una Plaza colmada como esta, decirle a todos los argentinos que también pueden mirarlos a los ojos”.
Señaló que aspira a que “cada uno de los 42 millones de argentinos tenga un dirigente adentro y que cuando sienta que aquellos en los que confió y depositó su voto lo traicionaron, tomen su bandera y sean constructores del empoderamiento popular y ciudadano de las libertades y los derechos conseguidos”.
En su emotivo discurso bromeó, refiriéndose a la cautelar judicial sobre el final de su mandato, diciendo que “a las 12 me convierto en calabaza”.
Dijo la Presidenta que “espero una Argentina sin censuras, sin represión, más libre que nunca” y también “con mayor grado de democracia, que alcance a los tres poderes del Estado, porque parece ser que la democracia y la libertad solo se aplican respecto del Poder Ejecutivo”.
“Necesitamos –continuó- que los poderes del Estado se democraticen y sirvan a todos los ciudadanos”.
Dijo también que “me hubiera gustado poder entregar los atributos de mando ante la Asamblea Legislativa, el máximo órgano popular y federal de nuestro país, pero bueno….la verdad que he visto muchas medidas cautelares, contra la Ley de Medios, contra decretos del Poder Ejecutivo, pero les puedo asegurar que en mi vida pensé que iba a haber un presidente cautelar durante doce horas en mi país”.
“Me costó mucho –siguió- ver un presidente en una sentencia judicial al que nadie había votado, o será que la próxima vez además de presidente tendremos que votar a presidente provisional también en la boleta”.
Agregó que “me dolió, confieso que me dolió como argentina, no nos merecemos, no lo merecía ningún argentino ni del 51 por ciento que no nos votó ni el 49 por ciento que nos votó”.
Sostuvo que “nunca hubo un periódo histórico en el que en forma continua y sin interrupciones haya asumido un cuarto gobierno constitucional”.
Pidió a los argentinos que “se mantengan unidos” aunque advirtió bromeando que “miren que no puedo hablar mucho porque a las 12 me convierto en calabaza”.
Afirmó que “nuestra responsabilidad es mucho más grande porque hemos construido esta Argentina con mayores derechos”.
Dijo que a lo largo de los 12 años de gobierno kirchnerista soportaron “tantos palos en la rueda, tantos ataques y calumnias, y podemos estar aquí dando cuenta ante el pueblo” de lo hecho.
Señaló entonces que “imagino que con todos los poderes a su favor”, el nuevo gobierno “seguramente va a poder hacer las cosas porque lo tienen todo a favor, mucho mejor de lo que hemos hecho nosotros”.
“Pero además –siguió- espero que todos los argentinos puedan gozar de las conquistas sociales, del progreso económico, de los logros que han tenido desde los trabajadores los comerciantes los empresarios los intelectuales, los artistas, los científicos, los docentes, los estudiantes” y que “tengan la misma libertad de expresión que han tenido como nunca en estos doce años y medio”.
Declaró luego que al irse del gobierno, puede “mirar a los ojos” a los luchadores por los derechos humanos, a los trabajadores, a los científicos, a los artistas, a los docentes, a los empresarios, a los comerciantes y deseó que la próxima administración, al concluir sus cuatro años de mandato, pueda hacer lo mismo.