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Bloques Parlamentarios, Más de lo Mismo Por: Eduardo Di Cola*
Muy cerca en el tiempo están las últimas elecciones y la asunción de los nuevos diputados. Pero muy lejos quedaron las promesas de campaña. La sociedad dio su veredicto. El “perdedor” Frente para La Victoria sin contar a sus aliados logró agregar dos diputados a su bloque. Previo a las elecciones el oficialismo con 116 diputados representaba al 45,13% del total de la cámara, ahora con 118 miembros representa el 46%. Es decir, en desmedro del resto aumentó su participación. Visto desde los no oficialistas y considerados en su totalidad perdieron representación. Lo curioso es que siendo menos están divididos en mayor cantidad de bloques. Antes de las elecciones excluido el del Frente para La Victoria, convivían en la Cámara de Diputados 33 bloques partidarios, ahora son 36. Es decir que se comportan con un criterio de relación inversamente proporcional. Menos diputados, más divisiones. Carrió, Lousteau y Argumedo a pesar de haber integrado la misma lista luego de asumidos se dividieron en tres bloques distintos. Lo mismo sucedió con Alfonsín y Stolbizer. En el caso de la legislatura porteña el egocentrismo y la fragmentación llevó a que los 8 Diputados elegidos por la lista de Unen se dividieran en 5 bloques diferentes. No hay dudas que han renunciado a la política como mecanismo de organización, vertebración y acumulación social. Han hecho del individualismo su única manera de supervivencia. Se han colocado en una situación de tanta fragilidad política que solo siendo funcional a las corporaciones más poderosas es como pueden sobrevivir a partir de la consiguiente protección de los grandes medios de comunicación. Lo hagan consciente o inconscientemente lo cierto es que el resultado es el mismo. Dicen defender a la República y en realidad terminan siendo el ariete de los poderes concentrados que le disputan a la República como división de poderes y a la Democracia como expresión de la voluntad popular la capacidad de conducir el Estado, con la clara intención de hacerlo en beneficio propio. A cambio de la protección se convierten en un mecanismo de destrucción de la política como único instrumento válido capaz de poner límites a los intereses sectoriales y corporativos. *Ex Diputado Nacional |