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Juana Azurduy: Amazona y Montonera Lic. Pablo A. Vázquez
En las cercanías de la Chuquisaca universitaria, la antigua La Plata y actual Sucre, fue la ciudad de nacimiento de Juana, un 12 de julio de 1780. Año donde La Paz fue sitiada por Tupac Catari y Bartolina Sisa, en apoyo a Tupác Amaru. Fue esposa del caudillo altoperuano Manuel Asencio Padilla, con el que combatió en la guerra de guerrillas contra los realistas. Obtuvo, por recomendación de Manuel Belgrano, el grado de teniente coronela y, después del asesinato de su esposo, continuó al frente de sus tropas hasta el fin de la lucha. Recientemente la presidenta Cristina Fernández de Kirchner la ascendió a generala y el presidente Evo Morales hizo lo propio como mariscala del Estado Plurinacional de Bolivia. La Revolución de Chuquisaca primero y de Mayo luego la sumaron, con su esposo, como ferviente independentista. Pacho O’ Donnell; en su fundamental obra sobre Azurduay, especificó: “Doña Juana, enfervorizada, recorre las tierras de Tarabuco convocando voluntarios para unirse a la lucha por la independencia y por la libertad. Su presencia en los ayllus era tan imponente, encabritada sobre su potro entero y apenas domado, haciendo entrechocar su sable contra la montura de plata potosina, enfundada en una chaqueta militar que lucía con un garbo varonil que la embellecía como mujer, tan absolutamente convencida de aquello que también convencía a Manuel Ascencio, que llegó a reunir a 10.000 soldados. Tal fue el daño que el propio jefe realista Pezuela ordenó una gran concentración de tropas para exterminar a los Padilla. Buscó Manuel Ascencio unir fuerzas con el caudillo Vicente Umaña, mientras Juana se refugiaba con sus hijos. Ambas acciones fueron trágicas… El primero fue derrotado cerca de Pomabamba y, posteriormente, no logró el apoyo del jefe altoperuano. En el caso de Juana los escoltas huyeron y sus hijos varones cayeron gravemente enfermos. Manuelito y Mariano mueren. Sus hijas Mercedes y Juliana son capturadas, pero Juana, junto a Manuel Ascencio y Hualparrimachi las consiguen liberar, pero también, víctimas del paludismo, fallecen. La guerra para los Padilla se volvió sin piedad. Umaña decidió eliminarlos. Manuel Ascencio y Juana, junto a Hualparrimachi y algunos más, deciden atacarlo. Lo derrotan en su región con ayuda de los flecheros guaraníes de Cumbay. El combate del Cerro de las Carretas, del 2 de agosto de 1814, es igual de sangriento. Allí, siendo un triunfo realista, ambos esposos luchan bravamente, salvándose Juana al ser defendida por Hualparrimachi, pero éste cae abatido. Posteriores desinteligencias entre Manuel Ascencio y Zárate hicieron que Arenales reafirme el liderazgo de Padilla. Escribió O’ Donnell: “– ¡Mueran los godos, viva el coronel Padilla! – gritó Juana Azurduy. Su aspecto era impresionante, sobre el caballo caracoleante y teñido de sudor blancuzco, su brazo en alto blandiendo triunfalmente la bandera, su chaqueta azul agrisada por el polvo y salpicada de sangre propia y ajena, flanqueada por sus partidarios que la vitoreaban emocionados y eufóricos”. Esa acción le valió que Belgrano encomiende su ascenso a Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de La Plata, el cual le confirió el de teniente coronel de Milicias Partidarias de los Decididos del Perú. El coronel Aguilera decapitó a Manuel Ascencio y a una amazona, creyendo que era Juana, quien logró escapar. Juana, toda de luto, impulsó la elección de un nuevo jefe. Este fue Jacinto Cueto y Esteban Fernández como segundo, comunicándose la novedad a Belgrano. Juana, en tanto, se contacta con Martín Miguel de Güemes y planea recuperar la cabeza de su amado. En una violenta refriega logra recuperarla y realizó una ceremonia religiosa en su honor. Viviendo en la miseria, Simón Bolívar, José Antonio Sucre, el caudillo Lanza y otros la fueron a conocer, prometiéndole el Libertador una pensión. Un intercambio epistolar entre Manuela Sáenz y Juana muestra el dolor de ésta por la situación política y como los antiguos enemigos hoy están del lado oficial… A los 82 años, murió el 25 de mayo de 1862, en la casa nº 218 de la calle España de la actual Sucre. * Politólogo; Docente de la UCES; Miembro de número de los Institutos Nacionales Eva Perón, Rosas y Manuel Dorrego.
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